Índice de Contenidos
Ortodoncia quirúrgica y cirugía ortognática. Parte 1: Avance mandibular. Retrognatia mandibular, hipoplasia mandibular, clase II mandibular
El tratamiento de las deformidades esqueléticas conjuntamente con un tratamiento de ortodoncia es ya una realidad de nuestro día a día y una necesidad para gran parte de nuestros pacientes adultos.
Muchas personas acuden a la consulta de ortodoncia con una motivación estética o funcional diciendo; “no consigo morder bien, debo tener los dientes mal puestos” o “no me gusta mi sonrisa, quiero arreglarme los dientes”. Pues bien, en muchos de estos casos el problema que ellos notan no es debido únicamente a unos dientes mal puestos sino a unos huesos con un tamaño anormal, una forma incorrecta o una posición inadecuada.
Es importante destacar que los dientes se sustentan sobre dos huesos. Los dientes superiores se encuentran insertados en el hueso maxilar, y los dientes inferiores en el Hueso mandibular o mandíbula. Por esta razón y como estamos explicando, unos dientes correctamente alineados y bien posicionados, sustentados sobre un hueso con una forma o posición incorrecta, no podrán nunca encajar correctamente ni ser estéticamente agradables si no se corrige la posición o forma de los huesos, que es donde está el problema. En este primer artículo de la serie de Ortodoncia quirúrgica y cirugía ortognática nos centraremos en los problemas esqueléticos del hueso mandibular (encargado de soportar a los dientes inferiores) cuando este presenta un tamaño menor de lo normal y por ello una proyección anterior insuficiente (ver perfil 1), problema al que llamamos retrognatia mandibular o hipoplasia mandibular.
La retrognatia mandibular es una deformidad dentofacial frecuente en nuestra sociedad, en la que observamos una falta de proyección hacia adelante de la mandíbula. Esta diferencia de tamaño entre el hueso de arriba y el de abajo puede dar la típica sensación de dientes salidos, pero en realidad el problema no es que los dientes superiores estén salidos, sino que la mandíbula es corta y está retrasada.
El grado de déficit de proyección de la mandíbula será lo que determine la severidad del caso, y por consiguiente, el empeoramiento de la función en el individuo así como de la estética.
Si esta falta de desarrollo de la mandíbula se detecta antes de la adolescencia, cuando los huesos de los niños están en desarrollo, será posible realizar un tratamiento sencillo de ortodoncia combinado con ortopedia dentofacial para corregir el problema, pero una vez el hueso ha parado de crecer la única opción para modificar la proyección del hueso será la cirugía de avance mandibular.
Además, una retrognatia mandibular puede provocar otros problemas como apneas del sueño, ronquidos, dificultad respiratoria, aparición de “papada”, dificultad masticatoria…